
Manolo Gil (1957)… en la estela de Oteiza
GÉNERO: Collage
ARTISTA: Manolo Gil
COMISARIADA POR: Jon Echeverria Plazaola
HORARIO: Lunes a viernes – 10:00 a 14:00h / 17:00 a 20:30h
Sábado – 11:00 a 14:00h
QUÉ NOS VAMOS A ENCONTRAR
En 1955 el escultor Jorge Oteiza y el pintor Manolo Gil coinciden en los trabajos de decoración de la Universidad Laboral de Tarragona. Así surge una breve pero fructífera relación personal, intelectual y artística, solo truncada por la repentina muerte del pintor en agosto de 1957. Con él entabla una intensa amistad y, juntos, llegan a firmar un manifiesto artístico. Esta relación con Oteiza supone un giro radical en la producción de Gil, a partir del cual abandona completamente la representación figurativa y comienza a indagar en torno a la descomposición serial de figuras geométricas.

La muestra reúne más de 40 trabajos que corresponden a sus series Estudios de formas y Cartillas de figuras regulares. En ambos casos, se trata de collages de pequeño formato con un marcado carácter experimental, donde estudia las relaciones plásticas y espaciales de diferentes elementos formales sobre el plano. Para ello, se basa en la economía de medios, empleando papel de distintos tipos y usos (cartulinas, papeles estampados, papeles reciclados de otros usos…), donde lo que prima es la operatividad, la rapidez, la sencillez y la casi instantaneidad de los resultados. En la misma época, Oteiza realiza numerosos collages de similares características, donde explora la espacialidad del color. Su objetivo es, según cuenta “llegar a resolver el más complejo problema espacial con más sencillez que recortar una pajarita de papel”. Explicación que sirve, perfectamente para los collages de Manolo Gil. Junto a estos collages se expone también un grabado, un autorretrato del pintor, fechado en 1954.

Manuel Gil Peréz (Valencia, 1925-1957) es una de las figuras clave dentro del panorama pictórico valenciano de los años cincuenta. Amigo de grandes artistas como Manolo Millares o críticos como Vicente Aguilera Cerní, su prematura muerte a los treinta y dos años vino a truncar un prometedor futuro como renovador del arte español desde los preceptos de la abstracción geométrica.
Gil estudia en la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios de Valencia (1941-1942) para, a continuación, seguir sus estudios en la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos. Fue uno de los elementos imprescindibles en la fundación del Grupo Zeta, del Grupo Parpalló y colaboró con el Grupo Artístico del Mediterráneo. Tras una primera etapa expresionista, que el propio artista denominó “pintura negra”, recién casado con la pintora Jacinta Gil Roncalés en 1950, se instala en Madrid, y al año siguiente puede disfrutar de varias becas con estancias en el extranjero: Roma, París y Londres. Tras su regreso a España en 1952, compagina la pintura de caballete con una intensa actividad muralística en su ciudad natal, cuya aportación más destacada son los dos frescos del Ateneo Mercantil de Valencia.
